Paisaje italianizante con campesinos y animales en un camino anegado y campesinos rezando en un santuario a lo lejos

Templete clásico que alberga una escultura aparentemente también clásica. Destaca la cruz latina que corona el monumento en un intento de eliminar su carácter pagano.

Gran maestría del pintor a la hora de representar los distintos materiales con los que han sido elaborados los objetos que carga el animal: un caldero de metal, un cesto de mimbre y una calabaza a modo de cantimplora.

En los paisajes italianizantes de los pintores holandeses es muy habitual encontrar ruinas, en este caso es un castillo amurallado.