Museo Thyssen-Bornemisza. Se abre en una nueva ventana
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Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Lleva a la página principal

Paseo del Prado, 8 - 28014 Madrid - España

  Visita Virtual de la segunda planta    
 

El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid permite recorrer más de siete siglos de la Historia del Arte y contemplar Obras Maestras de la pintura. La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, que se expone en las nuevas instalaciones del edificio ocupa 16 salas distribuidas en dos plantas.

Segunda planta
 
SALA I

Rodin

El grupo de mármoles de Auguste Rodin pertenecientes a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza están entre las piezas con las que se fundó el coleccionismo de la familia en la primera década del siglo XX, encargadas por August Thyssen al artista en 1905. Cuatro de las siete tallas del excelente conjunto creado por el escultor pertenecen hoy en día a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Realizado en el periodo de plenitud de Rodin, este grupo de esculturas, en el que destaca el excepcional Cristo y la Magdalena, se sitúa entre los más considerados y homogéneos del artista, quien, a pesar de su pluralidad temática, mantiene en todos ellos una profunda unidad de concepto.

SALA J

El impresionismo norteamericano

En las dos últimas décadas del siglo XIX tiene lugar en el arte norteamericano un proceso de apertura a la actualidad europea que supone su incorporación activa a la cultura artística internacional. La Colección Carmen Thyssen.Bornemisza cuenta con una excelente selección de pinturas de autores que, como Hassam, Twachtman, Frieseke, Metcalf y Sargent fueron los más destacados receptores del naturalismo de paleta luminosa en América. Formados en su mayor parte en Europa, estos pintores comparten los rasgos técnicos y el referente del impresionismo, pero con una fuerte personalidad propia, que se pone de manifiesto en un tipo de pintura en la que junto a la luminosidad del color se aprecia un tratamiento más sólido del modelado de las formas.

SALA K

El impresionismo tardío

Gauguin, Monet, Pissarro, Sisley, Guillaumin, Maximilien Luce, Berthe Morisot o Joaquín Sorolla evidencian una vez más en esta sala el marcado gusto por el impresionismo y la pasión por la pintura de paisaje de la creadora de la pinacoteca. El puente de Charing Cross, de Monet, una de las obras maestras de la Carmen Thyssen-Bornemisza, Meandro en el río Loing, de Sisley, Un huerto bajo la iglesia de Bihorel, de Gauguin, Prados de Éragny, el manzano, de Camille Pissarro, Yonne, la carretera de Vermenton, de Maximilien Luce, y La entrada del puerto en Port-Goulphar, Belle-Île-en-Mer, de Maxime Maufra, entre otros, son algunas muestras de las mejores aportaciones de este movimiento a la historia de la pintura.

SALA L

Gauguin y el post-impresionismo

Los magníficos Idas y Venidas. Martinica y Mata Mua (Érase una vez) constituyen sin duda dos de las piezas más admiradas y valoradas de la serie de seis que forman parte de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. En ella están representados desde los primeros pasos de la trayectoria artística del pintor, hasta la búsqueda de la autenticidad primitiva, que le llevó sucesivamente a Pont Aven, la Martinica, la aldea bretona de Le Pouldu y finalmente a Haití y las islas Marquesas; un recorrido en el que se fueron perfilando los rasgos más personales de su obra: una explosión de color, vibrantes texturas, sentido de la composición y profundización en los valores pictóricos, fraguados en el contacto con una naturaleza ancestral que le sedujo definitivamente. Y en la estela de Gauguin, el recorrido que traza esta sección alcanza hasta obras Bernard, Denis y Vuillard y paisajes de los años veinte de Bonnard. También están representados, autores próximos a la pintura nabi, como Albert André, Louis Valtat o Georges D’Espagnat.

SALA M

Gauguin y el post-impresionismo

Una segunda sala dedicada al neoimpresionismo da idea de la riqueza de la Colección en obras y autores adscritos a esta corriente, marcada por una renovación permanente del lenguaje pictórico, de la que participaron personalidades muy distintas y en la que el cientifismo sobre las leyes del color profesado por sus iniciadores dio paso a una completa libertad en el uso de los elementos pictóricos y el tratamiento de la pincelada. Autores tan representativos de este movimiento como Paul Signac, Maximilian Luce, Henri Martin o Ferdinand de Puigaudeau, comparten esta sala con pintores del atractivo de Toulouse Lautrec, Emil Nolde, Edward Munch o Darío de Regoyos.

SALA N

El Expresionismo alemán

En las primeras décadas del siglo XX, la vanguardia francesa y su consolidación en el arte internacional de la época, dio pié en Alemania a un proceso de renovación estética que fue mucho más allá de la mera asimilación de las nuevas corrientes foráneas, dando lugar a una pintura de fuerte personalidad, creada sobre bases críticas y a partir de sus propios hábitos culturales. La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza atesora un excelente conjunto de pinturas del periodo de las vanguardias históricas de autores del centro y el este de Europa, y muy especialmente de expresionistas alemanes, en coherencia con el resto de la colección del Museo Thyssen. Conviven en esta sala obras tan sobresalientes como La casa en Dangast (Casa Blanca), de Erich Heckel, o la extraordinaria tela del ucraniano Baranov-Rossiné, Adán y Eva, junto a una poderosa muestra del arte expresionista y su periferia, que incluye obras de Kandinski, Kokoschka, Kirchner, Pechstein y Münter, entre otros.

SALA O

Fauvismo

Con el inicio del siglo XX tiene lugar una renovación pictórica que supone la definitiva ruptura con el impresionismo. Bajo el liderazgo de Matisse, surge una nueva estética, una orientación diferente de la pintura, caracterizada por una orgía de colores y libérrimos y exaltados modos de hacer, que están en el origen de la propia denominación de fauves (fieras) al grupo de pintores adscritos a este movimiento. Toda la fuerza de este lenguaje artístico, en la paleta de sus mejores intérpretes está presente en la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, con obras tan elocuentes como El canal du Midi, de Matisse, Marina L’Estaque, de Braque, Paisaje en los alrededores de Chatou, de Derain, La pequeña palmera, de Raoul Dufy, y la excelente serie de telas de Vlaminck, Manguin o Max Beckmann.

SALA P

Primeras vanguardias: Cubismo y Orfismo

La Colección Carmen-Thyssen lee la historia del arte del siglo XX y los cambios que tuvieron sus episodios determinantes en sus primeras décadas, como la crónica de una transformación de la sensibilidad pictórica, que pasa de primar la imitación a profundizar sobre el lenguaje. Los segadores, de Picasso, una obra de 1907 considerada como una contrarréplica de tema campesino a las Señoritas de Avignon, Mujer sentada, de Juan Gris, Portuguesa. La gran portuguesa, de Robert Delaunay, El puente, de Fernand Léger, y Bodegón con plátanos, de Raoul Dufy son algunas de las obras con las que están representadas en la colección las potentes corrientes pictóricas de la modernidad en el siglo XX. Las pinturas reunidas, que incluyen telas de Natalia Sergeevna Goncharova, Arthur Segal, Varvara Fedorovna Stepanova y Joaquín Torres García, trazan un itinerario rico en matices de un momento artístico marcado por la diversidad de su experimentación y la consagración de lo abstracto como objeto eminente de la creación plástica.